domingo, 16 de octubre de 2011

Quién te ha visto y quién te ve, Javier Bardem

¡Ay, Javier! ¡¡La de vueltas que da la vida!! Con el paso de los años, y con el paso de los euros o de los dólares a tu cuenta corriente, resulta que ahora vas contando por ahí que cuando eras pequeño ibas con tu familia al cine a ver las películas de James Bond. Trabajo nos cuesta, la verdad, imaginarnos a Pilar Bardem, aunque se sentase en la butaca situada más a la izquierda, como espectadora de una saga tan militar, imperialista y violenta como la de 007. Claro, que de alguna manera tienes que ir justificando por ahí tu participación, haciendo de malo malísimo, en la nueva película del agente de Su Graciosa Majestad.
Desde que se ha conocido tu implicación en tan artístico e intelectual proyecto, los medios de comunicación españoles, tan poco objetivos y tan pelotas como son siempre con determinados personajes (entre los que te incluyes, por supuesto) se han lanzado a recopilar y a ensalzar a los villanos que han aparecido en las veintidós películas de James Bond que se han rodado hasta la fecha. Y todos han llegado a la conclusión de que será un honor para ti interpretar a este tipo de personaje que a lo largo de la historia han llevado a la pantalla actores tan reconodidos y brillantes como Harold Sakta, Andreas Wisniewski, Julien Glover o Anthony Dawson. Como dice mi abuela, todos ellos muy conocidos en su casa a la hora de comer. En fin, que será un privilegio para ti figurar junto a ellos en la historia del cine. La verdad es que hubiera preferido que te ofrecieran el papel de malo en una de Batman, más que nada porque por allí han pasado Jack Nicholson, Jim Carrey, Michelle Pfeiffer o Heath Ledger, entre otros. Hay diferencia de nivel entre los malotes de 007 y éstos, ¿a que sí? Pero bueno, a cada uno lo suyo.
Tampoco deja de sorprenderme que un actor como tú, tan comprometido con la paz y en contra de la guerra, participe en una película que es una exaltación constante de la violencia más gratuita, además de ser una superproducción tan americana (ese país, Estados Unidos, que es tan malvado pero al que vamos a ceder una base militar en Rota sin que nadie se "indigne" por ello ni haga el menor gesto de protesta). Es que parecía que tú ibas por otros derroteros cuando colaborabas con Gonzalo Suárez, Bigas Luna, Uribe, León de Aranoa, el mismo Almodóvar e incluso los Coen. Era como si despreciaras el tipo de cine espectáculo que tan bien representa la serie de James Bond, como si tú buscaras más obras de autor, artesanales y artísticas. No me negarás que pasar de "Los lunes al sol" a tener licencia para matar hay un gran trecho. Eso sí que es evolucionar y madurar como intérprete, lo demás son tonterías.
Pues, ¿qué quieres que te diga? Que te vaya muy bien. Si hasta ahora nunca me habías parecido un buen actor (sobre todo porque modulas la voz de una forma terrible y así no hay quien se crea ni uno solo de tus personajes) no puedes esperar que con este nuevo reto interpretativo vaya a cambiar de opinión. Me pareces un tipo grandote y desaliñado (por favor, no le contagies esto a Penélope, que la pobre es propensa a coger lo menos bueno de sus parejas: el budismo descafeinado de Nacho Cano, la cienciología de Cruise,... esperemos que sea capaz de escapar de tu estilismo al menos), pero para nada atractivo ni carismático, como hay quien se atreve a escribir por ahí. A pesar de todo esto, puedo confirmarte que sí vere tu película de 007: lo haré dentro de unos años, cuando Tele5 la programe en horario de sobremesa un domingo de noviembre, si es que está diluviando en la calle y siempre que haya terminado de limpiar mi cubertería. Es que tampoco es cuentión de perder el tiempo en tonterías, ¿verdad?

domingo, 2 de octubre de 2011

Minimalismo catalán: Mas es menos

Casi con absoluta seguridad todos vosotros conocéis la máxima del minimalismo: menos es más. Pues bien, en Cataluña, donde están aplicando de manera extrema esta tendencia, podemos alterar el orden del sujeto y del atributo para obtener una visión bastante real de lo que está pasando allí: Mas es menos.
Este minimalismo catalán lo está aplicando de forma implacable el señor Mas, desde que alcanzó la Generalidad, sobre todo al campo de la sanidad. Por ahora, claro, porque de este nacionalismo trasnochado podemos – y debemos – esperar mucho más, seguro que se superan. Consecuencia de su desquiciada política es que Mas está dejando menos en donde antes había algo. Como veis, minimalismo puro: menos jornadas de funcionamiento de los quirófanos, alargando enormemente las listas de espera para todo tipo de operaciones, incluyendo las relacionadas con casos de cáncer; menos centros de salud abiertos en los barrios, obligando a los pacientes (muchos de ellos personas mayores con problemas de movilidad) a trasladarse a varios kilómetros de sus domicilios para poder recibir atención médica; menos personal sanitario, hasta el punto de que las plantillas de los centros hospitalarios y de salud están votando para ver si deciden reducirse el salario voluntariamente con tal de evitar despidos; menos salarios para los trabajadores, con el aviso desde ahora mismo, recién iniciado octubre, de la eliminación de la mitad de la paga extra de Navidad; menos ayudas y subvenciones para los mayores y los discapacitados, eliminando, reduciendo o dilatando en el tiempo el pago de las ayudas a las residencias y familias que atienden a estos colectivos. ¡Menudo panorama!
Estas medidas, digamos “minimalistas” del señor Mas, con ser malas, no son lo peor. Para nada. El señor Mas puede ser mucho peor si contraponemos esos “menos” a los “mases”. Aquí tenemos algunos “mases” del señor Mas: más dinero, cerca de dos millones de euros, para doblar películas estadounidenses al catalán, obviando que las que se han doblado hasta ahora han tenido una recaudación ridícula e infinitamente menor que la misma película doblada al castellano; más dinero para las embajadas catalanas repartidas por todo el mundo e instaladas, en muchos casos, con más lujos y suntuosidad que las de España; más fondos, evidentemente, para la inmersión lingüística obligatoria;... En fin.
Se me hace inevitable contraponer las protestas y quejas que pueda haber en Cataluña con las que ha habido en Madrid, sobre todo, por parte de los profesores. En el caso catalán estamos viendo que sí hay recortes de derechos básicos y que se está aniquilando el sistema de bienestar más elemental; por eso me enorgullece que la población se movilice en contra de la clase política Mas ruín e indigna. En el caso de los profesores, lo único que tenemos es la rabieta de aquellos a los que no les gusta su trabajo por tener que dar dos horas más de clase, dos horas que están contempladas en la ley de educación correspondiente, sin recortar otra cosa que el gasto que supone el salario de los interinos que no van a tener trabajo este curso.
Evidentemente por encima de toda esta situación está la desvergüenza de los políticos (no la clase política, sino los políticos, con nombre y apellidos) que tienen un millón de euros en el banco pero luego hacen el paripé de aparcar un Skoda para salir en la prensa, o que cuentan con cinco casas en propiedad, o que llevan trapicheando años como presidentes autonómicos y luego como ministros y se encuentran, además de más jóvenes y menos calvos cada día, con casi dos millones de euros,…
Lo más triste de todo es que ya se empiezan a escuchar voces que proclaman que los españoles, como pueblo, somos incapaces de eliminar estas injusticias, que esta corrupción y esta política sin sentido son inherentes al espíritu español. Por ello esas voces empiezan a pedir que se proclame un gobierno económico europeo como única solución ante los desmanes que estamos viviendo. Pues desde aquí me uno a esas voces, ya estoy harta de dar plazos nuevos y de depositar esperanzas en los nuestros, los de aquí, para después terminar volviendo de nuevo a la misma situación que se vivió en nuestro país hace casi veinte años. Si nos tiene que salvar Europa con su gobierno económico único, pues que así sea.