viernes, 23 de diciembre de 2011

Mañana por la noche no me lo pierdo

Creo que ningún año lo he visto completo, quizá algún momento cuando era pequeña y mi abuelo se empeñaba en escucharlo con atención. Pero mañana sí que voy a verlo y a oírlo. Es que tengo varias curiosidades, que van más allá de la típica pregunta: ¿habrá aprendido a leer, pronunciar y vocalizar con cierta naturalidad Su Majestad el Rey? Un amigo mío dice que los primeros años tras la boda del Príncipe con Letizia sí parecía que el Rey "progresaba adecuadamente" en su dicción, quizá amaestrado por su mediática nuera. En mi opinión esos supuestos avances, de haber existido, se quedaron en un simple espejismo.
Todos sabemos que el mensaje de Nochebuena del Rey está grabado con antelación. Por eso, teniendo en cuenta las enormes y ostentosas gafas de sol que se ha visto obligado a llevar por su "accidente" doméstico, quizá la Casa Real, con el "acierto" del que hace gala en los últimos tiempos, ha decidido camuflarlas plantando al Rey en una playa en Benidorm (por eso de hacer patria, aunque Hawaii molaría más), con unas bermudas de diseño marichalaresco y a torso descubierto. ¿Os lo imagináis con un daikiry en la mano diciendo eso de "la Reina y yo..."?
La otra gran incógnita es cómo se va a referir al escándalo de corrupción que le ha salpicado tan directamente. Sí, le ha salpicado a él mismo porque su hija está en medio de todo el meollo, por mucho que haya intentado alejar hasta Washington a estos Bonnie & Clyde de la realeza. Estaremos atentos a sus palabras. ¿Le habrá escrito Pepiño Blanco su "correto" discurso en esta ocasión, por eso de la experiencia y práctica que ha demostrado en los asuntos de corrupción y de apropiación indebida? Quién sabe si su última cena con el ex-gobierno de ZP no tuvo como objetivo secreto la redacción de este discurso... En fin, mañana saldremos de dudas.
Pero lo importante vendrá después: ¡¡Feliz Navidad a todos!!

lunes, 12 de diciembre de 2011

Blackberry está devorando a mis amistades

En fucsia, en verde manzana, en morado... Da lo mismo el color, la Blakberry nos ha infectado ya, y parece que su ataque no va a ser algo temporal, sino más aplastante que las victorias del PP a lo largo de este 2011.
Quedar con mis amigos ahora es un rollo. Hace tiempo, tampoco tanto, unas semanas o unos meses como mucho (me da a mí que este ataque "blacberriano" se ha acentuado del verano para acá) podíamos echarnos unas risas todos juntos, al mismo tiempo, cuando uno de nosotros contaba algo. Ahora es imposible. Cuando narramos alguna anécdota, graciosa o no, tenemos que repetirla como mínimo tres veces porque siempre hay alguno que está dale que te pego al teclado (¿?) de la maquinita, conversando con no sé quién. Y claro, a fuerza de repetir las intervenciones en una comunicación, la gente acaba cansaándose y empiezan a aparecer los silencios. Poco después ya no es uno el que está chateando en presencia de los demás, sino que su actitud se va contagiando. Un poema, vamos, que a una le da ganas de quedarse en casa haciéndose las uñas y hacerle confidencias al Margaret Astor.
Algo positivo sí tiene esto de la extensión y democratización de la Blackberry. Es como salir del armario. Antes los frikis y los asociales colgados de internet se quedaban en casa, quizá excitándose al tocar las teclas. Ahora no hace falta esconderse, podemos mostrar en público que somos una especie rara, con el placer añadido de darnos cuenta de que no estamos solos, de que hay muchos más como nosotros.
En realidad yo aún no tengo Blackberry. Por ahora voy a copiar la actitud de esos que todavía rechazan los ordenadores o que no quieren usar los cajeros automáticos (para desesperación de los empleados de banca, que muy amablemente pero ya hasta las narices, se empeñan en que la gente use las máquinas incluso para hacer ingresos...). Mi razonamiento es el siguiente: si quedo con mis amigos para tomar algo, ¿por qué tengo que chatear con mi prima de Murcia al mismo tiempo? Claro, que seguro que cuando vaya a Murcia y esté con mi prima echaré de menos a mis amigos y querré chatear con ellos. Malo, empiezo a dudar, creo que el virus "black" comienza a infectarme. ¿¿Qué puedo hacer??