domingo, 2 de octubre de 2011

Minimalismo catalán: Mas es menos

Casi con absoluta seguridad todos vosotros conocéis la máxima del minimalismo: menos es más. Pues bien, en Cataluña, donde están aplicando de manera extrema esta tendencia, podemos alterar el orden del sujeto y del atributo para obtener una visión bastante real de lo que está pasando allí: Mas es menos.
Este minimalismo catalán lo está aplicando de forma implacable el señor Mas, desde que alcanzó la Generalidad, sobre todo al campo de la sanidad. Por ahora, claro, porque de este nacionalismo trasnochado podemos – y debemos – esperar mucho más, seguro que se superan. Consecuencia de su desquiciada política es que Mas está dejando menos en donde antes había algo. Como veis, minimalismo puro: menos jornadas de funcionamiento de los quirófanos, alargando enormemente las listas de espera para todo tipo de operaciones, incluyendo las relacionadas con casos de cáncer; menos centros de salud abiertos en los barrios, obligando a los pacientes (muchos de ellos personas mayores con problemas de movilidad) a trasladarse a varios kilómetros de sus domicilios para poder recibir atención médica; menos personal sanitario, hasta el punto de que las plantillas de los centros hospitalarios y de salud están votando para ver si deciden reducirse el salario voluntariamente con tal de evitar despidos; menos salarios para los trabajadores, con el aviso desde ahora mismo, recién iniciado octubre, de la eliminación de la mitad de la paga extra de Navidad; menos ayudas y subvenciones para los mayores y los discapacitados, eliminando, reduciendo o dilatando en el tiempo el pago de las ayudas a las residencias y familias que atienden a estos colectivos. ¡Menudo panorama!
Estas medidas, digamos “minimalistas” del señor Mas, con ser malas, no son lo peor. Para nada. El señor Mas puede ser mucho peor si contraponemos esos “menos” a los “mases”. Aquí tenemos algunos “mases” del señor Mas: más dinero, cerca de dos millones de euros, para doblar películas estadounidenses al catalán, obviando que las que se han doblado hasta ahora han tenido una recaudación ridícula e infinitamente menor que la misma película doblada al castellano; más dinero para las embajadas catalanas repartidas por todo el mundo e instaladas, en muchos casos, con más lujos y suntuosidad que las de España; más fondos, evidentemente, para la inmersión lingüística obligatoria;... En fin.
Se me hace inevitable contraponer las protestas y quejas que pueda haber en Cataluña con las que ha habido en Madrid, sobre todo, por parte de los profesores. En el caso catalán estamos viendo que sí hay recortes de derechos básicos y que se está aniquilando el sistema de bienestar más elemental; por eso me enorgullece que la población se movilice en contra de la clase política Mas ruín e indigna. En el caso de los profesores, lo único que tenemos es la rabieta de aquellos a los que no les gusta su trabajo por tener que dar dos horas más de clase, dos horas que están contempladas en la ley de educación correspondiente, sin recortar otra cosa que el gasto que supone el salario de los interinos que no van a tener trabajo este curso.
Evidentemente por encima de toda esta situación está la desvergüenza de los políticos (no la clase política, sino los políticos, con nombre y apellidos) que tienen un millón de euros en el banco pero luego hacen el paripé de aparcar un Skoda para salir en la prensa, o que cuentan con cinco casas en propiedad, o que llevan trapicheando años como presidentes autonómicos y luego como ministros y se encuentran, además de más jóvenes y menos calvos cada día, con casi dos millones de euros,…
Lo más triste de todo es que ya se empiezan a escuchar voces que proclaman que los españoles, como pueblo, somos incapaces de eliminar estas injusticias, que esta corrupción y esta política sin sentido son inherentes al espíritu español. Por ello esas voces empiezan a pedir que se proclame un gobierno económico europeo como única solución ante los desmanes que estamos viviendo. Pues desde aquí me uno a esas voces, ya estoy harta de dar plazos nuevos y de depositar esperanzas en los nuestros, los de aquí, para después terminar volviendo de nuevo a la misma situación que se vivió en nuestro país hace casi veinte años. Si nos tiene que salvar Europa con su gobierno económico único, pues que así sea.

1 comentario:

  1. Bueno L.Gante, yo no es por defender ni mucho menos al señorito de CiU pero en Madrid, con la Des-Esperanza Aguirre ocurre lo mismo en esa y otra de las últimamente más que sonadas políticas en educación, que tanto revuelo y quejas en nuestras calles están trayendo.

    Como siempre, es lo que hay. Espero que el 20N tengamos conciencia de todas estas cosas y no votemos como borregos a los azules como única alternativa viable ante los rojos.

    Por cierto, ahora además de seguir personalmente con mi blog, también soy redactor en www.republica.com

    Espero que lo visites alguna vez y te guste!

    Un abrazo fuerte,

    Manu UC.

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