domingo, 8 de enero de 2012

Reivindicando a Jason Bateman


Desde hace unos años, y seguro que va a continuar durante algunos más, existe una exagerada proliferación de gerundios tanto en inglés como en español en los títulos de películas que llegan a los cines (a los cines es un decir, porque llegan sobre todo a los DVDs y a los ordenadores…). Seguro que todos recordamos “Buscando a Nemo” (“Finding Nemo”), “Esperando un respiro” (“Waiting to Exhale”), “Buscando a Susan desesperadamente” (“Desperately seeking Susan”), “A propósito de Henry” (“Regarding Henry”), “Finding Forrester” (“Descubriendo a Forrester”) o “Salvar al soldado Ryan” (“Saving Private Ryan”). Algunos ya estábamos hartos de esta manía hace ya tiempo, y así lo hacíamos saber a nuestros amigos y acompañantes en las tertulias que surgían cenando o tomando un café al salir del cine. Pues bien, ahora soy yo misma quien, sin una razón clara, utilizo el gerundio como título de esta entrada del blog para escribir sobre Jason Bateman.
Estoy segura de que su cara no pasaría desapercibida para los aficionados al cine, sobre todo si no es de enorme presupuesto y si es cine americano. Puede que para muchos/as no sea guapo, no es alto (ni para muchos ni para muchas, para nadie), ni resulta el prototipo de tío sexy. Sin embargo, al reencontrarme con él últimamente en varias películas he descubierto que me resulta de lo más atractivo. Vamos, que soy capaz de ver una película suya sólo por su presencia.
Lo del “reencuentro” con él tiene su misterio porque ocurrió hace algo así como veinticinco años, así que os voy a contar lo que he sido capaz de recordar y de confirmar (esto último gracias a Internet, claro). Mi hermana, siete años mayor que yo, era (y lo sigue siendo hasta cierto punto, con más razón ahora si cabe) fiel admiradora de Michael J. Fox. Entre la enorme cantidad de películas en la que trabajó este actor a finales de los años ochenta, había una versión adolescente del mito del hombre-lobo, titulada “Teen Wolf” (1987). Pues bien, recuerdo perfectamente una foto de Jason Bateman con algo así como dieciocho años en "Superpop”, la ya histórica revista. Y recuerdo también perfectamente a mi hermana mayor soltando improperios ante la foto en cuestión, porque el tal Bateman iba a ser el sustituto de Fox en la secuela de “Teen Wolf”, supongo que al haber alcanzado éste un status superior en la industria cinematográfica. Os aseguro que desde entonces hasta hace poco más de cuatro años había olvidado por completo a este señor, algo totalmente lógico dada mi edad en ese momento.
Sin embargo, a partir de “The Break Up” (“Separados”, 2006) y sobre todo de “Juno” (2007) caí en la cuenta de que Jason Bateman era un viejo conocido mío, y me alegré mucho al saber que continuaba en el mundo de los vivos, y bastante activo, por cierto . Os aseguro que no pretendí ver “Hancock” (2008) por mí misma, pero diversas circunstancias me llevaron al cine a ver esta película. Y allí me lo encontré de nuevo como marido de Charlize Theron y rival de Will Smith. Fue cuando me propuse no perderlo de vista durante demasiado tiempo. Así que le seguí las pista hasta llegar a “The Switch” (“Un pequeño cambio”, 2010) y “Horrible bosses” (“Cómo acabar con tu jefe”, 2011). Así que me imagino que cualquier día de estos haré por ver “The change up” (“El cambiazo”, 2011), aún en cines.
En varias de estas películas Jason Bateman trabaja con Jennifer Aniston, que tiene la peculiaridad de haber sido considerada recientemente, se presupone que por el público masculino, como la actriz más sexy de la historia del cine (¡casi nada!) sin haber pasado a ser considerada una amenaza por el público femenino. Y es en una de sus películas con Aniston en la que Bateman tiene una de esas escenas antológicas que quedarán en mi recuerdo como más originales y divertidas. En esa sección de mi cerebro almaceno algunas secuencias que en muchos casos no serán recordadas por los cinéfilos más exigentes. ¿O acaso son muchos los que recuerdan el baile culinario de Cate Blanchet al ritmo de Bonnie Tyler en “Bandits”, otra de mis escenas favoritas? Quien la recuerde, que se anime a presenciar el momento de Bateman borracho, neurótico y enamorado,  encerrado en el cuarto de baño de Aniston, teniendo al alcance de su mano el recipiente con el esperma de un donante, destinado a fecundar a su amada. “Un pequeño cambio”.
No tengo intención de perderte de vista, pero si es así volveré a recuperarte en otros veinticinco años. ¡Hasta entonces, Jason!

1 comentario:

  1. ¡Hola! ¡Feliz Año!

    Lograste avivar mi curiosidad por el tipo y, como hago en estas ocasiones, le he buscado en Google Imágenes. No tiene mala planta,no. Le seguiremos la pista.

    ¡Nos leemos!

    ResponderEliminar