Hace algún tiempo descubrí, con no poca sorpresa, que a
través de la radio podía sintonizar emisoras que iban más allá de Cadena 100,
Los 40 Principales y Europa FM. Y más pasmada me quedé al comprobar que podía
encontrar programas interesantes, divertidos y que me podían ilustrar sobre una
variedad de temas inimaginable. En cierto modo este re-descubrimiento de la
radio va en consonancia con la importancia que le concedo a la palabra, tanto
oral como escrita, y que queda patente en este blog, que intenta huir en lo
posible de la imagen y de las grabaciones como soporte de las ideas.
Esta nueva etapa que se abrió ante mí supuso la revelación
de una nueva galaxia de estrellas radiofónicas, tanto periodistas como
colaboradores y contertulios. Después de deambular de dial en dial durante
algunos meses supe que Pilar Rahola participa en Onda Cero, Mario Vaquerizo en
la COPE mientras que Alaska lo hace en Es Radio,… Y me decanté por algunas
cadenas de radio diferentes de las mayoritarias, bastante serviles con determinados
poderes y a las que conceptos como imparcialidad y objetividad les quedan
demasiado lejos. Vamos, que ni SER ni COPE.
En otra entrada de este blog, que titulé “Voces de mujer”,
comenté la labor de tres mujeres periodistas como colaboradoras de radio: Marta
Robles (ahora de actualidad por su programa matinal en Telemadrid), Ana Samboal
y Carmen Tomás. Cualquiera de ellas, por su punto de vista y su forma de
expresarlo, elevan el nivel de las conversaciones y debates en las que
participan y que conducen con mayor o menor fortuna Luis Herrero, Melchor
Miralles, Carlos Herrera y compañía. A quien no he soportado nunca es a Julia
Otero. Me da la impresión de ser la típica persona encantada de escucharse. Y
su forma de expresarse, engolada y artificialmente impostada, me resulta
insufrible. Que le vaya muy bien comiendo sus galletas Fontaneda, pero nada de
escucharla. Otro tanto podría decirse de esa Wikipedia (o enciclopedia Espasa,
como prefiráis) con piernas que es César Vidal. De acuerdo, es muy culto, está
muy preparado y sabe todo de todo, sin excepción. Quizá por eso se permite esa
actitud de superioridad especialmente ante sus colaboradores, a los que no duda
en dejar a la altura del betún por no
saber la variedad de manzana que cultivaba George Washington en su plantación.
Todos estos profesionales, y el resto también, han comentado
últimamente la noticia referida a la subida del IRPF decretada por el Gobierno.
Al ser una medida controvertida ha recibido enfoques distintos: se ha calculado
la cantidad de dinero que permitirá recaudar, se ha criticado que no se ataje
más el gasto público antes de aplicarla, e incluso se ha comparado el grado de
in/justicia de esta decisión comparándola con una hipotética nueva subida del
IVA.
Quizá sea el momento de indicaros que esta entrada del blog
no tiene como objetivo justificar esta decisión del gobierno, pero sí necesito
aludir a ella para contaros que tuve la oportunidad de escuchar a dos de estos
periodistas-directores de programas de la radio española opinando sobre este
aumento del IRPF. Fue, en concreto, a Federico Jiménez Losantos e Isabel San
Sebastián, en Es Radio y ABC Punto Radio respectivamente. Parece ser que no
está bien visto afirmar públicamente que se sintoniza a Jiménez Losantos. Debo
confesar que no he seguido su trayectoria anterior, pero por lo que le he
escuchado me parece un personaje diferente, eso sí, pero con una formación muy
amplia que va más allá de la política (música pop/rock, cine, literatura,…). Y
por los colaboradores con los que cuenta (Alaska, Beatriz Cortázar, Manuel
Lamas… y hasta Carmen Jara) podemos intuir que es una persona muy abierta y
sincera en sus convicciones. En cuanto a Isabel San Sebastián, me parece rápida
y ágil en el manejo de su programa, con carácter y también con valores y
criterios claros (otra valoración bien distinta me merece como novelista, no he
podido con su lenguaje altisonante y casi decimonónico).
A pesar de que intento escucharlos a los dos por la radio
con relativa frecuencia, no pude evitar sonreír ante la manifiesta manipulación
que hacían en sus comentarios pretendiendo que los oyentes identificáramos a
los trabajadores con nómina que van a soportar la subida del IRPF con
pobrecitos mileuristas. Su postura victimista y enfadica daba risa y resultaba
bastante patética. Tanto fue así que alguien con dos dedos de frente en uno de
los programas (y os aseguro que no recuerdo en cuál de ellos fue) indicó
claramente que ese aumento iba a afectar a las nóminas más elevadas y que una
nómina media (entre mis amigos y yo la media sale a 1.347,74 €) quedaría al
margen. Por eso, explicó el contertulio y con ello consiguió cerrarles la boca,
no se podía identificar el término “pobrecito asalariado” con quienes reciben
una nómina de 4.000 ó 5.000 € al mes. ¿Qué decís a eso, mis amigos Isa y Fede?
¿Sacamos todos nuestra nómina y las miramos aunque sea por encima? ¡¡Lo que hay
que oír!!
Entre los asalariados hay de todo. Mucho muerto de asco, de hecho, la mayoría, pero también están los que pueden llevar esa carga perfectamente. Aunque más cobran los políticos y no hay modo de meterles mano!
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